Una celda de Excel es la intersección entre una fila y una columna. Es el espacio que contiene la información de una referencia, que puede ser de diferentes tipos: texto, números, fecha, instrucciones, funciones… estas celdas tienen forma rectangular, aunque su tamaño y características son ajustables por el usuario. Se ubican por el número de cada fila y por la letra de cada columna, siendo identificadas con un nombre único. Es decir, que una celda puede estar identificada, por ejemplo, por el nombre C7 (columna C y fila 7).
Si el usuario va a una hoja de cálculo y pincha con el botón derecho del ratón sobre cualquier celda se desplegará un menú contextual en el que, entre otras opciones, podrá configurar el formato de celda como más lo necesite. Si pincha en esta opción podrá ver una ventana emergente con otro menú, el de Formato de celdas.
Este menú ofrece las siguientes funciones:
- Número: desde aquí le puede asignar una categoría a la celda: general, número, moneda, contabilidad, fecha, hora, porcentaje… de esta manera se asegura que el dato introducido cuenta con un formato concreto.
- Alineación: desde aquí se controla la alineación del texto introducido dentro de cada celda.
- Fuente: se puede determinar el tipo de fuente con el que se quiere representar los datos que aparecen dentro de las celdas. Estas fuentes son las mismas que se pueden encontrar en otras aplicaciones de Office.
- Borde: determina el tipo de borde que aplicaremos a cada celda. Se trata de un ajuste de estilo, como el de la fuente.
- Relleno: se puede aplicar un color de relleno a la celda que ayude a identificar mejor ciertos datos.
- Proteger: desde aquí se puede bloquear el acceso a determinadas celdas o incluso ocultarlas si no queremos que otros usuarios manipulen o vean su contenido.
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